miércoles, 5 de octubre de 2011

Excentricidades I


Esta insignificante sección que acabo de inaugurar ha nacido con la pretensión de asilar todas esas sentencias paradójicas que han irrumpido en mi mente con la ambiciosa, inviable e irónica intención de sintetizar un hecho insólito que me ha ocurrido. Sin embargo, en ella no pretendo despertar el interés de conocer las circunstancias personales que explicarían estos disparates, mi propósito radica tan sólo en exhibir los delirios propios del lenguaje.

I. ¡El Anticristo me ha caído del cielo! Al final creeré en el destino.


PD.Es mejor acompañar el final de estas afirmaciones con la imagen de una sonrisa de complaciente incredulidad (si es que existe este estado de ánimo).

domingo, 25 de septiembre de 2011

Cinismo como inversión de la actitud ilustrada



Así termina la presentación oral de mi TFM.

Los dos filósofos nos muestran que el problema del nihilismo, finalmente, ha sido consecuencia de un error en la base de este proyecto filosófico: la separación entre la filosofía y la vida. Por ello, recuperan el cinismo, una práctica que arrojará luz sobre esta problemática,recuperando la necesidad de unión entre estas dos esferas. Por eso defendemos que, en el fondo, la propuesta del cinismo es una inversión, como alteración, en el sentido de parakharattein , de la misma Ilustración ya que evidencia el rechazo que sufren las ideas ilustradas (la verdadera efigie de la moneda)en el campo de la acción.

Según estos planteamientos, la homofonía entre el discurso y la praxis, acompañada de una actitud jovial y de falta de pudor, puede acabar con la pesadez, la mansedumbre y la autoresignación propias del nihilismo y permitir la emergencia de lo dionisíaco de la vida. Es el efecto cínico de espejo roto, en tanto que materialización de lo aceptado en el discurso, lo que convertirá la verdad en acción y, visible e insoportable como los actos insolentes de Diógenes, coneguirá que la actitud ilustrada tenga, finalmente, un efecto político de resistencia y subversión.

Así pues, para concluir, podemos afirmar que sólo anudando otra vez la práctica de la crítica con la existencia material, será posible la realización del segundo aspecto, el ético, que contenía la consigna kantiana ¡sapere aude!, a saber, que el ser humano debe atreverse a ser dueño de sí mismo y de su presente.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Publicarlo es enterrarlo

Te escucho sumisa y solícita hablar de tu vida
Carente de tanto tiempo condensado,
cierro los ojos y en ella me albergo
A ella silenciosamente codicio

Siempre insatisfecha entre tus brazos
quiero empaparme de tu nostalgia
revivir contigo todas tus mañanas
sufrir el mismo frío que pasaste ese invierno

Sacralizamos juntos
todos tus recuerdos
Tu disfrutas contando
mientras yo intento trasladar mi ser
en esos momentos irrepetibles

Cuánto me he enamorado de tí…
Tanto que lamento no haber compartido todas tus sonrisas
De no haber pisado contigo los lugares que has recorrido
Ni haberte besado en ese bar que tanto te gustaba frecuentar

Deseosa de apoderarme de aquello que no puedo
alargo demasiado mis dedos
Extiendo y deformo mis brazos
Dilato ardorosa mis pupilas insaciables
Desfigurándome de miedo y asombro

Por suerte tu no me ves
Porque estás distraído
Recordando el sabor de esa cerveza
El nombre de ese mar

Luego tu te vas como una nube de humo
y me dejas empapada de tu perfume
perdida en el acto fallido de vivirte entero
loca por volver a intentar gozar lo inalcanzable

Fascinada y suspendida te miro,
desde a lo lejos me descubres
y, en el enlace de miradas,
me ofreces una sonrisa tan sincera
que me azora, me aprieta, me turba
y te la devuelvo, quebrada

jueves, 5 de mayo de 2011

Tentativa I. Sin totalidad

Un día encontraré lo que falta
En las terrazas de las casas, en sus antenas de televisión
En los tejados sucios y en las palomas que vuelan
Mientras miro ese cielo manchado
De aviones, nuves como algodón y rayos de sol.

Algo abrazará todo ésto extraño que se amontona
Como la basura, lo gris y lo muerto
Y eso me explicará porqué estoy
En la misma posición rígida y fría
Mirado ese paisaje lleno de cuerpos que han perdido su origen.

Me siento igual a vosotros
Algo me ha desgarrado tan profundo
Que no puedo recomponerme.
Y hay demasiadas imágenes
Todas en un mismo plano
Sin pasado ni porvenir.

Carteles publicitarios que brillan
Purpurina, luces de neón, terrazas vacías
Coches que pasan sin destino
Y que vulven sin ningún otro fin.

Algun día ese descompuesto
Sin alma y reciclable
Encontrará su lugar de pertenencia
En el que
se convertirá en película
Con argumento y final
Porqué este frío es insoportable
Esas cosas vacías y esas palabras sin dueño
Me estan volviendo loca

Me siento igual a eso sublime histérico
Algo me ha desgarrado tan profundo
Que no puedo recomponerme
Y hay demasiadas imágenes
Todas en un mismo plano
Sin pasado ni porvenir.

domingo, 20 de marzo de 2011

La Escritura de Sí. Michel Foucault

Por coincidencias fortuitas en las que creer en el destino puede ser una posibilidad para comprender lo ocurrido, uno oye y recibe sentencias o discursos que se inscriben perfectamente en su circunstancia particular y que por eso mismo, le penetran hasta lo más hondo de su ser. Como veremos, ésto es un momento de la escritura de sí, según M.Foucault, como ejercicio de producción de verdad en el sujeto. Es más, podréis constatar que este mismo texto que redactaré, como escritura, es otro momento de la “escritura de sí” que debe acompañar al primero, la escucha como recepción del legado intersubjetivo. Bref, que con este texto, ejercitaré lo mismo que trataré: el tema de “la escritura de sí”.
Mi último texto en este blog planteaba la necesidad de una suerte de superfície, un sujeto en el fondo, en la que los temas de los que hablas, las lecturas que haces, las clases a qué asistes… deben poder retenerse y asimilarse. Días después, una compañera de clase hizo una exposición sobre “La Escritura de Sí” en Michel Foucault, una reflexión sobre los ejercicios de lectura/escritura/escucha como prácticas de sí en la estética de la existencia. Y en esa exposición descubrí que esa superfície de la que hablaba, lo que se tiene que embellecer, el ahí dónde lo leído y escuchado debe “escribirse”, es mi propia existencia.
Foucault estudia la “escritura de sí” como práctica en la estética de la existencia griega. Ahora bien, no quiere hacer una historia de las prácticas de sí sino demostrar la contingencia del presente mostrando que las prácticas éticas y su sujeto correlativo son siempre históricas y que pueden estar sujetas a cambios. Esto define la genealogía a diferencia de la génesis. Nos hará ver que el sujeto no ha sido siempre sujeto de verdad, como ahora lo concebimos. Ese sujeto que contiene la verdad como algo oscuro y a descubrir apareció después ya que en la antigüedad, había otra relación entre verdad y sujeto: la verdad lo produce.
Es en este contexto de la antigüedad, dónde la verdad produce al sujeto, cuando la escritura de sí adquiere importancia. La exigencia de Foucault por constatar que la noción de sujeto fundamento, nacido en la metafísica del alma cuyo origen es el Alcibíades de Platón pero que se instauró en el cristianismo y pasó por la Ilustración y llegó hasta nuestros días, nace de una necesidad: la liberación del sujeto objetivado porqué bajo esta ficción, éste queda sujetado a los dispositivos de poder y a sus prácticas descursivas que lo convierten en un mero efecto de sometimiento, producido por algo otro que sí mismo. A saber, postular una interioridad objetivada del sujeto, como algo escondido y oscuro que se debe revelar, hace posible los discursos de las ciencias humanas, cómplices de las disciplinas como la criminología o la psiquiatría, hace posible el ejercicio de un cierto biopoder (poder sobre la vida: análisis médicos, medicalización, internamiento, sometimiento a prácticas disciplinarias, etc)
Bien, y ¿qué relación hay entre las prácticas de la verdad en la estética de la existencia, el hacer de la vida una obra de arte, y la escritura de sí? La tesis fundamental de Foucault consiste en afirmar que en la filosofía antigua, la verdad producía al sujeto y esta verdad misma, estaba producida por la intersubjetividad. La función de la escritura era transformar los discursos recibidos en principos racionales de acción y por lo tanto, era una transformación de un discurso ajeno a una verdad del sujeto, en un ethos. Según Foucault, esta producción del sujeto cuando asimila los discursos recibidos, tiene lugar por medio de dos formas de intersubjetividad: la relación con la tradición mediante lecturas (los hypomnemata) y la correspondencia (no voy a tratar esta última)
Voy a describir la experiencia de la escritura en el sujeto antiguo y después, la voy a comparar con otra completamente diferente, a saber, la de las prácticas ascéticas durante el cristianismo que presuponen una objetividad, una alma, en el sujeto. Primero, los hyponemnata, són una techné que producen un ethos. Tal y como ya he explicado anteriormente, el sujeto no tiene un carácter, unas cualidades o características del alma sino que es algo que se produce y los hypomnemata serán una de esas técnicas para ejercitar el arte de producirse. Los Hypomnemata eran prácticas para el ejercicio de la memoria como la colección de citas, de fragmentos de textos, de experiencias vividas a las que uno podía, así, tener acceso y recuperar cuando quisiera y que servirían de material para su producción escrita. Además, mantenían vivo el principio de acción racional porqué constituían orientaciones para la toma de decisiones y el ejercicio de una voluntad determinada con razones propias. Vemos que la tradición, lejos de ser algo en desuso por haber pasado de moda, en la antigüedad tenía un valor esencial para constituir este logos bioethicos.
Ahora bien, tal y como ya he planteado antes, debemos responder cómo éste legado intersubjetivo produce subjetividad sin sujeción, es decir, debemos resolver la paradoja de que las lecturas o lo que sería ahora la asistencia a clase, no produce un sujeto sino que es el sujeto mismo, leyendo o oyendo, que constituye su propia verdad. Asimismo, resolveremos la segunda paradoja: cómo la intersubjetividad puede producir subjetividad. Bien, Foucault resuelve las paradojas afirmando que la lectura siempre debe estar asociada a la escritura para que no se produzca un proceso de sujeción. Los hypomnemata deben ser el material dónde se parte para producir los propios discursos. Tanto la escritura como la lectura, tienen sus peligros si se practican por separado y con exceso. La escritura agota, es decir, se pierde el contenido cada vez que se hace un ejercicio de estilo. Y, por el contrario, el exceso de lectura dispersa: “Si uno pasa sin cesar de libro en libro, sin detenerse jamás, sin retornar de vez en cuando a la colmena con su provisión de néctar y, por lo tanto, sin tomar notas ni constituirse por escrito un tesoro de lectura, se expone a no retener nada, a dispersarse a través de pensamientos diferentes y a olvidarse de sí mismo” La escritura es el espacio de apropiación de la lectura (y también de la escucha): no recogemos todo lo de la tradición sino aquello que nos interesa, aquello que complementa nuestros pensamientos o que los enriquece; las sentencias que leemos deben estar siempre inscritas en una circunstancia particular insustituible en la cual tomaran sentido. Hay pues, dos procesos de unificación de la lectura en la escritura y que producen el sujeto sin sujeción: con la escritura primero se constituye un principio racional y segundo, se constituye una identidad singular. La escritura como asimilación de lectura es una práctica de sí, de producción de subjetividad y a la vez un ejercicio de embellecimiento de la existencia.
En contraposición a esta escritura de sí productora de verdad en el sujeto existe otra práctica de la escritura que presupone la existencia de una verdad interior que el sujeto debe tener que asumir, revelar ante sí mismo y ante los otros y esencialmente ante Dios. El ejemplo es de la vida de San Antonio descrita por Aramasio. En su escritura, intenta iluminar su interioridad, concebida como algo oscuro que debe reconocer; la escritura es una forma de tomar conciencia del pecado, ante sí y ante los otros. Como revelación de los movimientos del alma, como materialización de los sentimientos más profundos y vergonzosos, también tiene el papel de confesión y , finalmente, tiene el papel de prueba de verdad, de poder acabar con el demonio que quiere poseer su interioridad y que si no lo ilumina, podría acabar dejándose llevar por él. Podríamos establecer una continuidad entre este ejercicio y el de la práctica de escribir en un diario íntimo, porqué ahora mismo aún se conserva esta noción de sujeto que contiene una verdad que debe revelar, noción que Foucault, como he explicado en el principio, intenta deconstruir.
Ahora podéis comprovar lo que he explicado justo en el inicio del comentario: primero escribí un texto indagando sobre la “superfície” dónde lo que me interesaba debería incorporarse (circunstancia particular) Días después, escuché esa exposción oral y sentí como hablaban de lo mismo pero en otras palabras y decidí pedir el texto escrito (momento de relación intersubjetiva). Finalmente, he redactado mi propio comentario como un ejercicio de producción de subjetividad, de mi propia verdad.

sábado, 19 de marzo de 2011

Hey you...!

Mirar hacia atrás. El presente parece un cúmulo de instantes efímeros acumulados, como los deshechos, restos en la basura, resíduos abocados en un mar que se funde con el cielo. Mirando al futuro, hacia la ausencia de horizonte. Construyendo sobre la base de una locura que desaparece cada vez que se intenta hablar de ella. Una cabeza que no aguanta el silencio porqué se oye a sí misma gritar. Un yo desgarrado, pedacitos de sueños, esperando vislumbrar alguna Ítaca hacia dónde remar.
Un peso en el pecho. Terribles olas de mar arrastrando fragmentos que quieren, como piezas de puzzles, encajar... pero no hay totalidad a construir. La escritura de sí es lluvia de arena que se disuelve en el agua salada. I cada escrito borrado, una frustración que se hunde hasta el ahogo.
Mirando hacia atrás, uno sólo puede reconocer, llorando, que ha huido. ¿De dónde sacar la fuerza para vivir si el desgarro es tan profundo que lo más vivo que tiene es la oportunidad de ver su mano, como algo extraño de sí, tocar la realidad material? ¿Cómo unir esas profundidades con el mundo? ¿ Y qué las separó una vez?
Pink Floyd. Impulsos de vida que no dejan que lo dislocado se pierda. Abrazados por esa música celestial que recoge y refleja los flujos de dolor, amor, pesar, desengaño, turbación..., los pensamientos se calman. La ternura de lo más sentido, las manos de una voz acariciando lo más íntimo, el suave roce de una nota... mantienen esa locura hipnotizada. Un barco sin rumbo en un día de viento sumiso.
Y no hay instante en el que no piense cómo empezó todo, porqué he ido hacia aquí y cómo, en el paso de este tiempo esponjoso en el que me he batido como una polilla perdida, he conseguido aguantar... ¿What have we found? The same all fears.
No hay celebración posible, todo es un simulacro que ha llegado a tal falsedad que el vacío empieza a hacer transparente lo que lo recubría. La piel o el disfraz empiezan a dolerme y no sé cómo llenar con el mismo contenido, el contenido que quería, esa nada disimulada. ¿Será posible que algún día, ame aquello que quise amar? ¿Podré algun día, ser quién he querido ser? Espero aquí, tumbada en una cama cualquiera, en ese mundo que siento sin principio ni fin, sin especificidad ni gracia alguna, que un angel baje del cielo y me diga: Jordina, ahora puedes sentir. Eso tan fantástico que transmites va a volverse también hacia tí. Ya no tienes que huir querida. Tu pasado tiene sentido. Puedes volver a hablar. ¿Ves allí al fondo? Es tu Ítaca, hacia dónde tienes que ir pero sin embargo, nunca querer llegar.

miércoles, 19 de enero de 2011

Aconteixement


Ahir vaig sentir com s’apoderava de mi una nova relació amb el món. Fèia dies que em turbava el fet que no retenia el que aprenia, que no prestava atenció a allò que degustava i sobretot, em preocupava el fet que les històries dels homes, les tragèdies, la literatura, la simbologia de les imatges dels fets històrics o dels herois no les pogués traslladar en la meva singular experiència. No inscrivia en mi aquelles narracions i si ho feia, hi havia una falla insondable que les engolia abans de poder ser-me miralls. La vida era un eco llunyà, l’havia abandonat en la desconsideració per un motiu que encara desconeixo.
Mentre em posseïa aquestaa terrible sensació de presa de consciència de la distància, escoltava la profesora. M’apareixien pensaments de l’ell com ponts entre el jo i l’alter: havia de tenir coses per dir per a poder parlar, havia de tenir teles blanques de mí on pintar allò que escoltava. La Odissea d’Ulisses i la Divina Comèdia.

Just després, vaig sentir el cant de la última classe que es resistia a silenciar-se. Els cors de la filosofia ja m’havien sacsejat els sentits, aquella tarda. Cantaren la cançó dels aconteixements que proseguirien i gràcies a aquell cant, foren explicables. Vaig poder mirar enrere, contemplar i trobar el passat; es presentà la meva història i com si de cop m’hagués convertit en una ment omniabarcant, la podia narrar sencera. La podia observar com qui recorre un camí sobrevolant-lo, veure què havia fet de mi al llarg de la meva breu existència. I el més colpidor era que tornava a pensar aquelles petjades d’una forma diferent; i com en un camp a la primavera, banyat pels rajos de sol, els meus ulls fèien florir de moments allò que havia estat durant molt de temps un desert inhòspit, una capa de sorra que cobria i amagava el que havia realment ocorregut. Una ventada lacerant s’ho emportà tot per instants i es descobriren descarnades, el relleu i la marca, de les meves passes en el pla del temps.

Tant el primer com el segon moment, foren un sol aconteixement que disloca el sentit del present, te’l fa contemplar diferent i obre un futur encara no pensat, prest a ser inventat. Fou una fuga en el temps continu, una ofrena de llibertat; imatges de passat en teles del present vessant els seus colors com llavors, a les teles més pures del futur.