domingo, 25 de septiembre de 2011

Cinismo como inversión de la actitud ilustrada



Así termina la presentación oral de mi TFM.

Los dos filósofos nos muestran que el problema del nihilismo, finalmente, ha sido consecuencia de un error en la base de este proyecto filosófico: la separación entre la filosofía y la vida. Por ello, recuperan el cinismo, una práctica que arrojará luz sobre esta problemática,recuperando la necesidad de unión entre estas dos esferas. Por eso defendemos que, en el fondo, la propuesta del cinismo es una inversión, como alteración, en el sentido de parakharattein , de la misma Ilustración ya que evidencia el rechazo que sufren las ideas ilustradas (la verdadera efigie de la moneda)en el campo de la acción.

Según estos planteamientos, la homofonía entre el discurso y la praxis, acompañada de una actitud jovial y de falta de pudor, puede acabar con la pesadez, la mansedumbre y la autoresignación propias del nihilismo y permitir la emergencia de lo dionisíaco de la vida. Es el efecto cínico de espejo roto, en tanto que materialización de lo aceptado en el discurso, lo que convertirá la verdad en acción y, visible e insoportable como los actos insolentes de Diógenes, coneguirá que la actitud ilustrada tenga, finalmente, un efecto político de resistencia y subversión.

Así pues, para concluir, podemos afirmar que sólo anudando otra vez la práctica de la crítica con la existencia material, será posible la realización del segundo aspecto, el ético, que contenía la consigna kantiana ¡sapere aude!, a saber, que el ser humano debe atreverse a ser dueño de sí mismo y de su presente.

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